martes, 12 de noviembre de 2013

Mitos y "perlas" sobre la educación I



-Pues conmigo se portan fenomenal: seguro que más de un@ adivina de que labios proviene esta frase. De una abuela. Tiene fácil explicación, mis suegros por ejemplo están estudiando seriamente convertirse en villanos y al igual que Gru, robar la luna y regalársela a mis hijos. Mi madre le decía exactamente la misma frase a mi hermana con respecto a sus hijos. Añadía un es que entras por la puerta y se alborotan. Doy fe que era verdad, que en casa de mi madre eran un par de angelitos.
Pero claro, he visto a mi madre de rodillas jugando con mis sobrinos, cosa que ni en el mejor de mis sueños sucedió en mi infancia. Pero ¿tú no tenías artrosis? Ahora vivo un deja vu con mi suegra. Tiene fibromialgia pero se tira al suelo como un soldado en plena instrucción. Eso sí, luego se iba/va levantando del suelo por fascículos y se iba/va recolocando como los zombies de Michael Jackson.

-Mi hijo come con la tele puesta: Me lo comenta una amiga, en un ataque de desesperación, casi en secreto de confesión no vaya a aparecer la Supernany y le lea la cartilla. Pues los míos  también¿y? Yo siempre he comido con la tele puesta. Igual es pernicioso para la comunicación familiar, pero yo siempre les digo a mis hijos que cuando se come, no se habla. Entonces ¿qué más dará que miren la tele? Además la tele es el chantaje ideal para niños inapetentes. Que iba a ser de ese como no comas te quito la tele. ¿Es pedagógico? No. Pero funciona. A veces. Y es muy aburrido comer sin hacer nada. Ahora por eso, si tengo que escoger entre las noticias o los Pokemon casi prefiero los segundos. Evolucionan más que el gobierno porque de Franco al PP no hemos avanzado nada. Por cierto y cambiando radicalmente de tema: no soy la única que  se ha percatado del parecido entre Fátima Bañez, ministra de trabajo, y Millán de martes y trece.



-Mi niño  _____ peor que nadie. Mi amiga se ha apuntado a una escuela de padres en la guardería, dice que sólo van cuatro pringa@s y que los hijos de es@s cuatr@, a juzgar por lo que cuentan, son unos angelitos, se portan fenomenal (y si se portan tan bien, me pregunto ¿para qué asisten a una escuela de padres?), el suyo es el único que con casi tres años va a su bola (que va a su bola con ella, porque con los abuelos y en la guarde se porta fenomenal).
 En la guardería le explican la importancia que sea "autónomo"que además de sonar a trabajador por cuenta propia tiene la misma connotación. Toca aprender a vestirse solos, a comer solos, a comer sólido. Y cuando están preparados es fantástico, nada mejor que fomentar la autonomía de los niños. Pero si tu hij@ de dos años (o de tres) se quita la camiseta como Houdini la camisa de fuerza es que NO ESTÁ PREPARADO.  No tengo ni idea cuantas cuidadoras hay por niño, pero atender pongamos, a veinticinco niños que se meen, se caguen y no coman solos entre ¿dos? ¿tres adultos? debe ser una tarea agotadora, si yo con dos que se llevan dos años y cuatro meses he sudado tinta al vestirlos a los dos, ni me imagino como debe ser cambiar a veinticinco meoncetes. En las guarderías ya van abriendo camino para cuando empiecen el colegio. Porque toca, insisto. Algunos están preparados, van al colegio de buen grado cada día, hasta protestan como mi hija porque el fin de semana no hay cole. El otro día se fueron de excursión a la montaña y mi hija tan contenta, con su mochilita a la espalda abriendo la fila, Blancanives con unos veinte enanitos detrás porque les saca una cabeza a la mayoría. Mi hija es de enero (y alta). Una madre de un niño de diciembre me comentaba sin saber si reír o llorar si es que el pobre no sabe ni a donde va. Qué me vas a contar, le contesté, que yo ya pasé lo mío con el mayor que es de septiembre y cada vez que se iba de excursión me entraba complejo de madre de Marco adiós mamáaa, te echaré de menos...
Resumiendo, el que no tiene una col, tiene una cebolla, niños de manual sólo existen eso, en los manuales.

-A partir de los dos años tienen que comer de todo y masticar: 
Sigue mi amiga, angustiada, cagándose en Edipo y en Carlos González, claro todo el día el niño en brazos, pegado a la teta, colechando, sin dejarlo llorar y ahora hace lo que le da la gana, una hora tarda en comerse una tortilla porque en la guardería me dicen que tiene que comer sólido y masticar y a este sólo le gustan los boquerones... ¿y en la guarde? ¿cómo come en la guarde? Pues mira hay un día a la semana que meriendan bocadillo y me escriben en la agenda que se lo come, pero yo, no me lo creo.
Sinceramente, yo tampoco.
El pescado azul es sanísimo, ya sabes.
Bueno no le he comentado lo de Mi niño no me come de Carlos González porque se va a pensar que me llevo comisión, además, a mi Carlos González me despierta sentimientos contradictorios, un simpatía-odio.  Así que intento quitarle hierro al asunto, le comento que Gabriel con tres años se declaró en huelga de hambre, que lo de comer sólido era más bien utópico y que había semanas que subsistía a base de petits suisse, que ni Ángela se come un bocadillo y eso que esta es de buen comer y que si le sirve de consuelo. MADRES DEL MUNDO, existe esperanza para los niños inapetentes y tocapelotas, mi pequeño Gandhi por fin ha visto la luz y hasta saborea un plato de lentejas con un mmmmmm. Me pide que le ponga fruta en el tupper para desayunar en el recreo. Como sigamos a este ritmo lo van a contratar para el papel de Piraña en un remake de verano azul. Dios existe y Carlos González, en el fondo tenía razón, no vale la pena pelearse para que coman de todo, un día de repente, crecen, se les van los eternos mocos invernales y empiezan a comer casi de todo.


En las escuelas se respetan los ritmos de los niños: es el mismo discurso que se inventan en los colegios cuando vas a las desesperantes e inacabables charlas para decidirte por uno.
 Es que no sabe coger el lápiz le reprochó la profesora a mi hermana del menor de sus hijos nacido en diciembre, y mi hermana le replicó que para eso venía al cole, para aprender a cogerlo. El que respeten el ritmo del niño más que de la escuela depende del profesor que tenga.

Cualquier consejo en labios de un profesional infantil es sagrado (pediatras, profesores, psicólogos infantiles, etc): una pena porque sobre todo las novatas al principio de nuestra maternidad, depositamos una fe ciega en los consejos que provienen de personas con titulación (o a veces sin, véase las doulas que encima cobran un pastón), sin conocer la experiencia vital de estas personas.
 Tener o no tener hijos influye muchísimo en tu manera de ver la vida y la educación de propios y ajenos, no es mejor ni peor, es  diferente. Al igual que si has dado la teta, el biberón, has colechado o has estivillizado al niño. No hay una fórmula mágica, cada uno educa y aplica aquello que mejor le va, tenga el graduado escolar o una cátedra. 
Soy más esplícita, que Tom Cruise profese la cienciología esa de las narices no altera mi opinión de su calidad como actor (una mierda) sin embargo, el saber que el logopeda de tu hij@ cree fervientemente en el fin del mundo (sé de uno que lo cree ) hace que pierda toda la credibilidad como profesional, es decir, si te dice que el niño no pronuncia la "rr" correctamente por merendar croissants de chocolate en vez de bocadillos de chorizo, lo mandarás poco lejos a hacerle compañía a Nostradamus. Si por el contrario desconoces esa secreta faceta de su vida saldrás del logopeda llorando, con un infinito sentimiento de culpa y de mala madre por no haber sido más estricta con tu hij@ a la hora de obligarle a merendarse los bocadillos de chorizo. Hay que alejarse de todo tipo de profesionales y de personas que nos hagan sentir culpables, y sí, eso incluye a la propia madre/suegra que se tira por el suelo. Como la distancia física no siempre es posible lo mejor es practicar la catatónia.
Se admiten más mitos.






5 comentarios:

Circe dijo...

Da gusto leerte, me ayudas a relativizar, a echarle sentido del humor y a subir la autoestima como madre (aunque a veces sea a base del mal de muchos...).
Sabes que llevo una racha de autocuestionarme muchas dinámicas con el peque y ésta entrada ha sido... un bálsamo.
Es verdad, a menudo nos obsesionamos demasiado, muchas cuestiones van variando conforme crecen, otras se solucionan solas y frente a otras casi mejor no actuar que intervenir demasiado.

Quiero más desmitificaciones!! A currar!!

Besetes

Conxi dijo...

Gracias a ti por comentar porque esto de escribir a la nada es muy deprimente jajaajaj, menos mal que luego veo las estadística y me entra el alegrón. Además me has inspirado que estaba en dique seco!!

mientrasleo dijo...

Deja que llore, no lo cojas en brazos. Todo con moderación!!!
Pufff, qué difícil es eso de criar niños, no?
Besos

Conxi dijo...

ufff Entre montones de libros, esto es demasiado complicado jajaajaj

Mamá en Prácticas dijo...

Amén!!!!