viernes, 21 de diciembre de 2012

Culo de mal asiento

Este año no he podido escaquearme de poner el árbol. Dejando a parte que mi espíritu navideño deja mucho que desear y lo poco que queda de él es gracias a mis hijos, no es que me  moleste poner el árbol, por ellos hasta subo a una palmera a pulso y la decoro si hace falta. El problema es que no son los únicos miembros de la casa que codician el árbol de navidad, hay una gata negrapeludagorda, una Nit que esa tarde estuvo vigilando todos nuestros movimientos y controlando los cutreadornos de los chinos. Este año pusimos las pocas bolas que quedaban enteras en la parte de arriba y compramos unas estrellas doradas que no hacían mucho ruido al caer. Al caer no pero al caer, recaer, requetecaer y rebotar por todo el pasillo como una bola de pinball a la una de la madrugada no es plan por mucho que el vecino de abajo también tenga gato, entienda el espíritu minino navideño y se apiade de nosotros.
Luego está Lluna que aunque mire el árbol y los adornos con aire de suficiencia como si esas bobadas no fueran con ella, es la primera en perder el culo tras lo primero que su compañera consigue tirar.
Así que la primera noche el árbol durmió en el cuarto de baño. El segundo en la habitación de Ángela  y las siguientes en el cuarto de Gabriel que es quien no se despierta casi nunca y cuya puerta no suele abrirse en toda la noche. Tan contento está mi hijo que tiene el árbol para él solito.
Feliz Navidad!!

miércoles, 10 de octubre de 2012

Comestibles

El otro día haciendo meditación zen en cola del super mientras mis niños estaban en la zona infantil pasándoselo pipa, vi un pie diminuto, perfecto y rechoncho que incitaba al canibalismo, asomando de la sillita de bebés que tenía delante.
Pensé con nostalgia en lo deprisa que crecen... Ángela que de bebé le queda poquísimo, con sus dos años y nueve meses es toda una nenita que habla por los codos y lleva braguitas de la Minnie y de la Tarta de fresa. Y Gabriel es un niño hecho y aunque no derecho porque todavía llora que te llora para ir al cole, está plena etapa edípica y quiere casarse conmigo para hacerme espaguetis (es de agradecer) y puesto que somos marido y mujer aunque suene incestuoso, confieso que me aprovecho de mi condición de supuesta esposa para  sobetearlo a sus cinco años. Los dos todavía están en un edad en la se dejan achuchar, abrazar y besar y no sólo no protestan, además devuelven los besos y abrazos de oso con sus consiguientes "te quiero mami". Me los meriendo sin cargo de conciencia a la mínima de cambio. Soy incapaz de resistirme ante el culo melocotonero de Gabriel o las cachas jamoneras de Ángela, y ese par de barriguitas diseñadas para las pedorretas que ya quisieran los de Famosa y por supuesto, los pies de ambos que todavía son absolutamente comestibles... Pero claro, me preguntaba, ¿sobre que edad dejamos de devorar a nuestros hijos? O mejor planteado ¿hasta cuando se dejan devorar? y lo peor cuando se hagan mayores ¿de dónde voy a sacar un bebé para saciar mis ansias de canibalismo infantil?

domingo, 15 de julio de 2012

Malas personas

Me hierve la sangre, para que engañarnos, después de ver confirmar mis peores sospechas: que la mayoría de dirigentes del PP son gentuza, mala gente. Pero malos malos. No de la talla de Hannibal Lecter o Dexter que al menos tienen estilo. Les debe quedar toda la mala leche que mamaron de Franco. A la mayoría nos hacen creer que para ser una mala persona, un psicópata, hay que destripar a alguien. No estoy segura del todo si Franco (y no me apetece mirarlo por internet) mató a alguien con sus propias manos, si se las manchó literalmente de sangre. Sin embargo fue un dictador y un asesino, y dictaba eso, asesinatos.
 Después de las declaraciones de Andrea Fabra, una hija de la gran puta (ya que entramos en insultos, que se joda ella) y de la jeta de Soraya Sáenz de Santamaría (que de santa más bien poco, más bien de lo mismo que su compi) después de anunciar los recortes (si comparamos con la de Elsa Fornero la ministra de italiana de trabajo que acaba llorando) a una gran parte de la población española le ha quedado claro que la derecha, el partido popular, disfruta con los recortes y destripándonos la vida. No es que sus antecesores lo hicieran mucho mejor pero parecía que no tenían alternativa "que no tenían más remedio", con esos ojitos de perro apaleado que ponen Zapatero y Rubalcaba. Pero los del PP, al parecer SI tienen alternativas (ambos partidos políticos las han tenido) porque ninguno de los recortes, o de los hachazos como dice Jose Antonio Pujante portavoz de IU, afecta a las grandes fortunas. Da la sensación que nos castigan, como cuando un padre regaña a su hijo porque se ha gastado toda la paga el fin de semana (pero por dios papá, es que con lo que me das no me llega ni para pipas, pues ni pipas vas a tener).
Hay un planteamiento que no deja  de rondarme la cabeza, la mayoría de los diputados del PP son católicos hasta las cejas y el concepto de bondad, de ser buena persona, de poner la otra mejilla, no lo tienen muy claro, eso de es "mejor dar que recibir" sí, porque nos están dando palos hasta en el DNI. Y digo yo ¿no tendrán miedo que Dios les castigue por ladrones, mentirosos y sádicos? Si yo, que no creo en otra vida después de esta, cuando pienso que lástima que lo del helicóptero de Rajoy y Espe, hubiéramos matado dos pájaros de un tiro o con que Soraya Sáenz esté criando un Dexter (o se lo estén criando mejor dicho) y la degüelle mientras duerme de aquí a unos añitos, me entra el sentimiento de culpa porque mis padres me inculcaron, como buenos católicos no practicantes, que no hay que desear el mal a nadie, por muy malo, valga la redundancia, sea la persona.
En fin, yo también me he vuelto mala persona.

viernes, 29 de junio de 2012

Hermosuras

Mis hijos son hermosos. Dice mi marido que es como ir con un par de estrellas de cine por la calle, y tiene toda la razón.
Ángela está en una edad preciosa, tiene casi los dos años y medio, se parece mucho a Boo de Monstruos SA, en lo bueno y en lo malo, cualquier día en plena rabieta o en plena carcajada nos funde la instalación eléctrica de casa. La película logró plasmar a la perfección lo que es una niña de esa edad, tierna, bonita, dulce, graciosa pero terrible en sus pataletas. Ayer en la playa un grupo de adolescentes se despidió de ella cuando marchamos "pero que bonita es..." escuché. La tía se había estado exhibiendo toda la tarde, gritando y riendo como una loca mientras las olas en la orilla la revolcaban una y otra vez, fascinada por el mar (uno de los nombres que barajamos durante su embarazo fue Marina y la verdad es que le encanta el agua) y claro, a mi se me cae la baba porque oigo constantemente de conocidos y de desconocidos lo bonita y graciosa que es mi hija.
Con respecto a Gabriel, mi niño superojazos, está entrando en otra etapa, en septiembre cumple cinco años y se me está haciendo tan mayor que no me estoy dando cuenta. Ha descubierto, al fin, a su hermana e inseparable compañera de juegos, para bien y para mal porque se quieren y se arrean a partes iguales pero forma parte del desarrollo de ambos y de mi desequilibrio mental como madre a jornada completa.
Gabriel es vital. Disfruta de las cosas, de todas, supongo que es inherente a la mayoría de  niños, pero tiene el don de hacerme ver el mundo a través de sus ojos durante pequeños instantes, el entusiasmo que imprimió su voz al ver un río este fin de semana pasado en la montaña, la alegría de volver a ver a nuestros amigos (bueno sus amigos) y la emoción al ver que nos despertábamos todos en la misma habitación. Todo es una aventura, hacer un picnic, caminar por un sendero, entrar en una iglesia románica (ui mama habrá fantasmas) viajar en coche mientras canta a grito pelado desde La camisa negra a Coldplay que se acaba de convertir en su grupo favorito
El drama es irse de los sitios y desperdirse de la gente, de sus amigos adultos y niños. Y luego recordar, porque le encanta recordar, como Proust con su madalena el otro día comiéndose un trozo de melón recordó el verano pasado y la casa con escaleras del hermano de mi suegro. Asombroso.

jueves, 21 de junio de 2012

Angelita Dinamita

Ya lo escribí en una entrada con respecto a las rabietas y la manía que tiene mucha gente, sobretodo los desconocidos (y si son desconocidos y de la tercera edad lo bordamos) de dar consejos gratuitos. Pero ayer un señor se llevó la palma, amenazó a mi hija con meterla en un cuarto oscuro lleno de gatos para que la arañasen. No mandé al señor a la mismísima mierda porque era muy mayor y porque mi hija con semejante rabieta sólo se escuchaba a si misma.
Ayer eran las puertas abiertas de la escuela de música donde asiste Gabriel una vez por semana. Explico que es son cursos de sensibilización musical, subvencionados por el ayuntamiento a un precio muy módico y que se imparten en un instituto de secundaria que cede las instalaciones por las tardes hasta que acaben el edificio de la escuela de música municipal. Con esto quiero decir que muchos padres se piensan (lo sé por la primera reunión) que sus hijos serán futuros Mozart y asisten al conservatorio, que son unos niños ejemplares y que no lo son porque también los veo en los pasillos mientras esperamos a entrar, corriendo, saltando y armando tal jaleo que alguna vez la conserje ha tenido que llamarles la antención ante la impasividad de sus progenitores que miran al techo o a la pantalla del movil.
Entiendo también que para la mayoría de padres nuestros hijos son los más guapos, los más listos y los que tienen más talentos pero por favor, vamos a aterrizar, que lo de ayer eran las jornadas de puertas abiertas de lo que hacen nuestros hijos en clase de música, no era ni tan siquiera un festival.
Se me ocurrió la genial idea de llevarme a Ángela, sin calcular las consecuencias, porque ella es pequeña, aparenta un año más de su edad por su altura pero no deja de tener dos años y medio, y a veces, yo la primera, me olvido que todavía es un bebé, que a pesar de entenderlo casi todo por no decir el casi, tiene un "pronto" que la ofusca, un lado oscuro muy parecido al mío y ella lo que quería era participar y bailar y cantar.
Así que empezó a llorar y no tardé ni cinco segundos en levantarme y salirme de la clase con ella en brazos, pero aún así me dio tiempo a ver las miradas censuradoras de algunos padres (no fue una paranoia que mi marido se quedó dentro cámara en mano) y el cuadriculado del profesor no fue capaz de decirme "quédate y déjala que baile", como hizo en las primeras jornadas de puertas abiertas la primera profesora que tuvieron hasta Navidades, con otra hermanita de un alumno (una pena que marchase, me gustaba infinitamente más como llevaba la clase).
Salí del instituto con mi hija en volandas que me comía la rabia, con unas ganas tremendas de regalársela a la conserje que siempre le dice que tiene cara de muñeca y que es un sol de niña. Por su culpa me iba a perder a su hermano, porque vamos de rabieta en rabieta y tiro porque me toca, porque cuando se pone así es imparable. También me consumía la rabia por el imbécil del profesor que menuda mano izquierda que tiene con los niños y con los padres pijos quiero y no puedo  que residen en un barrio que hace cuarenta años era una ciudad dormitorio y donde vivía el Yoyas del gran hermano. Me armé de paciencia y me senté en un muro con ella en brazos que se retorcía como una lagartija, llamando a su vaca de peluche (que se había quedado en la clase con mi marido), intentando calmarla y calmarme yo de paso, sintiéndome madre sin recursos educativos y pensando a ver  si por aquellos milagros aperecía la super nanny por arte de magia a darme algun consejo, pero no, apareció el super abuelo que amenazó a mi hija con encerrarla en un habitación oscura con gatos...
Luego se le pasó como si tal cosa y al volver a entrar la conserje le dio un puñado de cerezas (sabia mujer y aunque no es la supernany me calmó con un tu tranquila que esto pasa hasta en las mejores familias y quien no lo entienda es que es imbécil) y aún nos dio la tarde para  tirar dos cajas de bombetas, dos caidas, una de morros y otra que le hizo un siete en la rodilla al tirarse del carrito en marcha (no, no la llevaba atada, a mi con Gabriel no me pasaban estas cosas) y para que mi niño tan bueno masticase una hoja que no sé de donde salió, jo mama es que quería ser un koala me dijo con cara de asco escupiendo la hoja mientras me pensaba si la dichosa hoja sería tóxica...
Tanta Dora la exploradora no puede ser bueno.


jueves, 3 de mayo de 2012

Política y demás

Aunque no suelo escribir entradas sobre política pero viviendo en un pais cuyo monarca se va a cazar elefantes en plena crisis económica toca hacer excepciones. Primero despacharme a gusto. Que voy a decir sobre dicho monarca que la gente no comente ya. Con lo entrañable y carismático que es el rey, menudo resbalón tuvo, y nunca mejor dicho, predicando con la austeridad en el discurso de Navidad y va su yerno está siendo juzgado por agenciarse lo que no era suyo y él se va de cacería y lo pillan. Y no se va precisamente a cazar conejos, sino a cazar elefantes que  cuesta un ojo de la cara y además es una especie protegida y en peligro de extinción...
Pero en este pais hay que tener cuidado, porque la libertad de expresión ya no es tal. Ya no podemos hablar mal de la familia real (aunque ahora que lo pienso, nunca se ha podido hablar mal de la familia real española). ¿Que tienen ellos de diferente al resto de la gente? ¿La sangre azul? Pero, al estar casado el príncipe con Letizia que es una plebeya y tener la sangre roja ¿Sus hijas tendrán la sangre blaugrana como el uniforme del Barça? ¿Me cerrarán el blog por hablar de la familia real?
Quizás no, porque no me he encadenado a ninguna farola, que ahora también se considera delito encadenarse en algun lado como protesta o llamar a manifestarse a través de las redes sociales.
Y dos jóvenes se encuentran en prisión preventiva tras una de las manifestaciones en contra de la reforma laboral. En prisión preventiva. Me recuerda peligrosamente a la época de Franco, y eso que esa época la viví en pañales.
Ellos en prisión preventiva y Camps tan pancho. Y el yerno del rey no pisará la cárcel, seguro. Y Garzón inhabilitado. Deberían de representar a la justicia además de con los ojos vendados con un fajo de billetes en una de las pesas de la balanza.
Hace unos días vi la peli "La voz dormida" basada en la novela homónima de Dulce Chacón. Me gustó y me impactó tanto  que me leí el libro, mucho más profundo y más extenso. Relata la historia de una condenada a muerte, embarazada de ocho meses y de su hermana, durante la postguerra civil española.
Saqué diversas conclusiones: que la guerra la ganaron los malos, que la iglesia siempre va en contra del desfavorecido y que hemos retrocedido (y para eso no me hizo falta ver la peli) 40 años (o más). Que nos aproximamos inexorablemente al pasado.
Esta por desgracia, no será la última entrada sobre política.

lunes, 26 de marzo de 2012

Llora que te llora

Pues llevo tres meses en blanco, me abruma el "bloqueo del bloggero". Debe ser la crisis que me quita hasta las palabras...
Mi niño llora cada mañana (y su correspondiente mediodía) para ir al cole. Cada puñetero día desde la vuelta de Navidades. Lo he probado todo, por las buenas: abrazos, besos, despedidas lacrimosas que ni dos enamorados en plena guerra, calendario de gomets incumplido por ambas partes con premio de yo-yo inmerecido (lo sé, una que es blanda). Y por las malas,hoy mismo sin ir más lejos: comollorestequedasiniralafiestadecumpleañosdelJaviysindibujosysinjugaralanintendodsysinpagahasta losdieciochoaños.
Por supuesto hemos tenido la consiguiente charla con su profesora "fulanito de tal me pega" me dijo Gabriel tras las vacaciones, pero claro, mi niño que miente fatal no cayó en la cuenta que Fulanito ya no venía al cole por larga enfermedad sino porque ha cambidado de colegio. Pues serán los celos, dice la profesora, él se queda en el cole y tú te quedas con Ángela en casa.
Va a tener razón porque mi niño, salvo atizarle a su hermana de lo lindo, por lo demás nunca nos "ha hecho pagar" esto de vivir con una intrusa que de la noche a la mañana se apoderó de su breve reinado. Pocas rabietas fuera de lugar a lo niño de supernanny, nada de pises ni cacas en los calzoncillos. De algo se tenía que quejar el pobre.
Dice la profesora que en cuanto me pierde de vista, deja de llorar. Y vuelvo a maldecir igual que el curso pasado, las puñetera fila que se hace interminable. No sólo por el frío que pasan en el patio durante el invierno y el calor del verano, sino porque los más peques ven a sus madres detrás de la valla (lo siento, soy incapaz de irme hasta que se los llevan porque el portero está en la inopia).  Confiemos que el año que viene esté terminado el colegio nuevo (otra vez la crisis, esto se alarga como la Sagrada Familia, teoricamente deberían haber hecho el traslado tras las Navidades, y que va) y entrarán por otra puerta directos sin filas ni chorradas.
Él sólo me dice que llora porque me echa de menos, si ya sé que mi nenito lo intenta con todas sus fuerzas pero al final le tiembla el labio en un puchero y llora como una madalena.
Paciencia...

martes, 3 de enero de 2012

2012

Para que engañarnos, se me están haciendo una Navidades la mar de raras, sosas, aburridas y eterrrrnas... Mis dos cachorros se pusieron enfermos el 23 (si es que Gabriel estaba aguantando del tirón todos los festivales escolares y extraescolares con sus correspondientes merendolas), faringitis él y bronquitis ella. Agotador. Hasta la fecha se habían puesto enfermos de manera consecutiva pero no a la vez. Él con fiebre y hecho caldo pobre, durmiéndose por los rincones, lo tuvimos que despertar para el Caga tio en Nochebuena en casa de mi cuñada, que casi nos manda la criatura a tomar por saco a todos... Ella con unas vomitonas de mocos alucinantes y dos noches practicamente en blanco. Así que salimos lo imprescindible, por las mañanitas ahora que están mejor que les de el solete porque Ángela no acaba de arrancar, a ver mañana que me dice el pediatra...
Ni nostalgia ni añoranza de los que me faltan, es decir, que echarlos, los echo de menos siempre, no me hacen falta unas Navidades ñoñas para encontrarlos a faltar, no sé, para mi estas fiestas cada vez carecen más de significado, y no dejan de ser lo que son, unas fiestas comerciales. Lo único que me alegra son las caras de mis hijos, sobretodo la de Gabriel que ya se entera del todo con esto de los Reyes Magos, que hoy ha visto a uno en el Ikea y ni las fans del Justin Bieber ese...
Y sí, se ha acabado el 2011, que bien, no sé si será la crisis (y la que se nos avecina que no es poca con semejante panorama político, a este paso con los recortes no van ni a pagarles ni el premio a los que les toque la lotería del niño) pero antes me "resistía" a cambiar de año, me entraba como una rebeldía tonta, otro año más (o menos, según se mire). Pero este año me dejo llevar como si estuviera practicando rafting...
Eso sí he rescatado antiguas "costumbres", nos hemos enganchado al Rayman de la XBox y mi hijo y yo y ya tengo excusa para no quitar ni el polvo.
Feliz año a todo el mundo con retraso.