domingo, 13 de febrero de 2011

Mi yo masculino

El otro día pensé como un hombre. Para ser exacta pensé como mi marido, que no se me ofenda el género masculino por aquello de todos los hombres son iguales.
Harta de buscar por toda la casa bajé al parquing en busca de los zapatos de mi hija a ver si como otras tantas veces se habían quedado en el coche. Miré en el suelo, abrí el maletero y que va, no estaban. Sin embargo sí que había una caja de leche del mercadona que no habíamos subido el día anterior porque nos faltaban manos. Y ahí mi cerebro pensó como en el de un tío. Cerré el maletero y me subí para casa.
Y me quedé tan ancha.
Luego en el ascensor, como si hubiera salido de una sesión de hipnosis, volví a ser yo y pensé "ahiva que leches no haber cogido la caja de leche" (nunca mejor dicho). Por supuesto, forcé a mi cerebro a seguir siendo masculino un ratito más porque no iba a bajar otra vez.
Pensé en la excusa que iba a ponerle a mi marido no caí, no se me ocurrió, no pensé... Lo mismo que me dice él cuando le digo que la taza del desayuno no tiene vida propia como la de la Bella y la Bestia y no se va sola al lavaplatos. Pero que va, no pensó ni él que tiene memoria de pez, no recordaba que había una caja de leche del mercadona en el maletero.
Los zapatos de Ángela aparecieron porque aunque soy desordenada y desorganizada a más no poder presumo de gran memoria y al final recordé que los había guardado en mi superbolso harta de que la moza se los quitase cada dos por tres.

5 comentarios:

Ness dijo...

y al final quien subió la caja?

escletxa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Mi marido por supuesto.
Soy Conxi.

tari dijo...

jajaj que bueno el post!!!

Inma dijo...

Pues muy bien!!

Bss,
Inma